Mujeres Reales, Historias Reales

Conoce a Alejandra Mustakis

Empresas:
Medular (http://www.medular.cl/), diseño de muebles, creado en 2007.
Kauel (http://www.kauel.com/), desarrollo de soluciones tecnológicas, creado en 2007.
IF (http://ifchile.com/), fábrica de ideas, creado en 2013.
Rol en la empresa
: Co-fundadora
País
: Chile

¿A qué te dedicabas antes de tomar de decisión de emprender? ¿Cuándo y cómo supiste que querías fundar tu propia compañía?

Estudié diseño industrial, una carrera que tiene mucha carga creativa, y desde que salí, nunca trabajé para un tercero. Siempre fui muy “muy movida”, empezando mis propias
iniciativas sin saber que se trataba de emprendimientos. De hecho, cuando estaba en la universidad, nunca había escuchado la palabra “emprendimiento.” Era una época en que todo el mundo hablaba de a dónde quería ir a trabajar, pero para mí era muy natural la idea de crear empresas, y no porque me haya topado con inspiraciones de grandes emprendedores o que mis padres me hayan criado para convertirme en empresaria.

¿Cómo fue el proceso de creación de tus compañías?

Cuando terminé la universidad, decoré casas y trabajé un poco con mi padre, pero estaba muy enfocada en la búsqueda de lo que realmente quería hacer. En ese proceso, me topé con un amigo, también diseñador industrial, quien venía con la idea de hacer unos muebles para niños. Dije: “Hagamos esto juntos, y que se convierta en la empresa de diseño de muebles para niños más grande de América Latina.” Fue así que fundamos la empresa Medular, en el 2007, que al final terminó siendo mi mejor escuela de emprendimiento. Si bien con los productos logramos entrar a grandes tiendas, vimos que no se vendían, y rápidamente reformulamos el negocio pasando a los muebles de complemento, modulares. A partir de entonces nos ha ido muy bien.

La segunda empresa que creé fue Kauel, una empresa de desarrollo tecnológico, también en el 2007. Había conocido a dos chicos que estaban saliendo de la universidad, ingenieros civil y electrónico, con experiencia en haber trabajado en proyectos tecnológicos en la universidad. Yo no entendía nada de tecnología, pero me junté con ellos y les propuse crear una empresa. Aceptaron y creamos Kauel, una empresa de desarrollo de soluciones tecnológicas. A partir de entonces, la empresa creció mucho, hoy trabajamos con otras grandes compañías, y la verdad es que no creo que tengamos nada que envidiarle a empresas internacionales en materia de tecnología e ingeniería.

Cuando nos empezó ir bien con Medular y Kauel, me di cuenta que tenía ganas de que mucha más gente pueda crear y desarrollar “sueños”, dado que en Chile hay talento pero no lo hemos ocupado bien. De ahí me surgió la idea de armar una fábrica de ideas, una fábrica del futuro: una plataforma colaborativa, llena de organizaciones y personas de perfiles bien diferentes, con un sueño mayor. Con toda esa locura, convencí a otros emprendedores, y juntos creamos, IF, la primera fábrica de ideas colaborativas del mundo. Arrendamos un edificio de casi 4.000 metros cuadrados y empezamos a invitar a todas las organizaciones que tuvieran que ver con este sueño de crear y desarrollar juntos, en un ambiente de colaboración y de valoración de las diferencias. A dos años de la creación de la empresa, estamos por abrir la tercera sede de IF en Valparaíso. Hoy en IF trabajan más de 80 agencias del gobierno, universidades, empresas tradicionales, organizaciones de emprendimientos,innovación y diseño con los que estamos aprendiendo a construir y trabajar en conjunto, con la misión de que mucha más gente, proveniente de los más diversos lugares y condiciones, tenga la oportunidad de desarrollar su talento y hacer su sueño realidad. Podría resumir que se trata de un negocio inmobiliario, de eventos, de capacitaciones y de outsourcing de innovación, donde las empresas, en lugar de tener su gerencia de innovación dentro de la empresa, lo pueden tener en el IF en conjunto con otros. Técnicamente en este lugar juntamos a la empresa tradicional con talento, creación, diversidad, con el nuevo mundo.

IF fue creado para poder desarrollar el talento de nuestra gente y crear en nuestro país, pero naturalmente se fue convirtiendo en una mini sociedad, que se basa en la colaboración, la creación, la diversidad, el no subestimar y en un lugar de confianza donde confiamos en nosotros mismos, en nuestras capacidades, en el otro y en nuestro país. Confianza que en el último tiempo ha sido escasa en Chile. La invitación es: o seguimos discutiendo a través de diarios y canales de TV, echándonos la culpa en relación los responsables, o nos unimos como país todos juntos, para desarrollar nuestros activos más preciados, nuestra gente y nuestro país.Y así juntos los más distintos, repensar y trabajar en construir mejores ideas, mejores organizaciones y un país más unido y feliz.

Además, tomando la gran oportunidad de esta era digital, que es una era llena de oportunidades. Es una era donde cualquier persona, incluso quizás sin estudios, independiente de donde provenga, su clase social, su sexo, religión, militancia política, dónde estudió, quién es su familia, sus habilidades físicas y lo más seguro con déficit atencional, puede pensar una manera distinta o ingeniosa de hacer algo, cambiando una industria o creando una nueva. Hoy no se puede subestimar a nadie y en cuanto al ser distinto, solo los que tengan la posibilidad de trabajar con la mayor diversidad serán aquellos que tendrán laisión necesaria para enfrentar las aguas que se vienen.

¿Cuál es tu rol en las compañías que creaste?

Soy diseñadora de modelos y de negocios, soy incentivadora de que se conecten las partes, y empujo, con cariño, a que las cosas se hagan. He estado ocupando cargos ejecutivos en el pasado, pero hoy cada empresa tiene consolidados sus propios equipos, y yo participo en el directorio de las mismas. En particular, estoy muy metida en IF, a la que le estoy dedicando la mayoría de mi tiempo.

Me interesa poder dejar un legado sobre la manera de hacer empresas y la nueva forma de hacer empresariado.Debemos hacer empresas que hagan bien, inclusivas y con diversidad, que aporten a la sociedad en su conjunto, con empresas que tengan impactos positivos en todo orden de cosas, en base a la creatividad a la colaboración, y la inclusión. Con ello podemos cumplir sueños y hacerlo en comunidad todos juntos.

¿Cuál fue el mayor “fracaso” que tuviste que enfrentar como emprendedora, y cómo lo enfrentaste?

La palabra fracaso me parece muy dura, personalmente prefiero decir que me he equivocado. Y me equivocado muchas veces en las tres empresas, al final es parte del proceso de aprendizaje.

Cuando fundé Medular, tomé un curso de negocios en el que me enseñaron que la misión de la empresa no se cambia jamás. La misión que habíamos definido es ser la empresa de muebles para niños más grande de América Latina. Siguiendo el consejo de mi padre, salí a hablar con mucha gente del sector, sobre todo con aquellos a los que les había ido mal en este negocio, quienes coincidían que en Chile no se vende este tipo de productos, y que en el país no se puede diseñar. Ingenuamente pensé que nos decían eso porque nos querían copiar. Bueno, al final, ellos tuvieron razón en lo primero, pero no en lo segundo: en el proceso llegamos a una tienda que nos pidió unos muebles distintos, de complemento, y la cosa es que en dos segundos nuestra misión se había borrado de un plumazo.

¿Qué principales aprendizajes te dejó la experiencia?

Aprendimos sobre la importancia de ser capaces de dar vuelta el manubrio cuando las cosas no funcionan como uno espera. Todos tenemos sueños, pero cuando estos sueños se topan con la realidad, se tornan un producto distinto, y es en esa “mezcla” que se acomoda. Aprendimos a pilotear para salir adelante, y a no quedarnos pegados a las cosas que no funcionan. También aprendimos que no hay que estar cerrados con las misiones, sobre todo cuando uno está emprendiendo. Hay que ir adaptándose a las oportunidades. ¡Google tiene misiones a tres meses!

¿Dónde está hoy tu empresa y qué proyecciones tienes para los próximos cinco años?

Me acaban de preguntar justo lo que no haría nunca. Sobre todo con proyectos tan innovadores como IF, estamos probando, construyendo, aprendiendo e innovando, y esto significa que en el fondo uno no tenga tan claro el camino. Sí estamos con toda la disposición, las ganas y las fuerzas para que podamos tomar las mejores oportunidades y cumplir nuestro próximo sueño: que IF pueda generar un verdadero impacto y cambio cultural en la sociedad.

¿Qué consejos le darías a una mujer que está pensando en crear su propia compañía?

Estamos en la era de la colaboración y de la creatividad, dos competencias bien femeninas. Creo que las mujeres más que nunca tenemos una oportunidad gigante de poder liderar empresas de esta nueva era.

La vida pasa muy rápido, y una de las maneras más interesantes es vivirla plenamente, trabajar en algo que haga vibrar y amar lo que uno hace. Tenemos que ser valientes de salir a buscar los sueños. No es un camino fácil, pero sin dudas nos dará muchas satisfacciones y hará que nuestra vida sea plena.