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Conoce a Marina Bers

“More playgrounds, less playpens”– Marina Bers Empresa: Kinder Lab Robotics es una empresa creada en el 2003, que ofrece kits educacionales para que niñas y niños de entre 4-7 años aprendan programación e ingeniería de una manera táctica, creando y programando sus propios robots.

Rol en la empresa: Co-fundadora y Jefa Científica

País: EEUU

¿A qué te dedicabas antes de tomar la decisión de emprender?

Todavía y desde el 2001 me dedico- e identifico- con ser profesora e investigadora. La empresa empezó en el 2013 , pero mi labor principal es la académica en Tufts University. Como académica y emprendedora, lo que me interesa es cambiar el mundo y específicamente cambiar el mundo a través de la educación.Por eso mismo fui a estudiar mi masters y doctorado al MIT Media Lab.Allí pude trabajar y estudiar con el pionero en innovaciones de educación y tecnología, Seymour Papert. Luego, cuando me gradué, comencé mi carrera académica independiente en Tufts University, donde dirijo un grupo de investigación llamado DevTech. Allí desarrollamos el robot KIBO y luego licenciamos la tecnología y armamos una empresa, KinderLab Robotics. Rápidamente me di cuenta de que en las universidades no se pueden crear productos, sólo pueden crearse prototipos, entonces, la solución era hacerlo a través del emprendimiento. Por eso empecé esta idea de crear una empresa pero en realidad jamás fue la intención convertirme en emprendedora.

¿Cómo fue el proceso de creación de tu compañía?

Es- y fue- un proceso muy difícil porque al principio tenía que buscar un colaborador/socio, alguien que complemente lo que yo ya sabía.Sobre todo, alguien que me complemente en cuestión de negocios y que realmente crea en la misión, que no sólo le importe ganar plata, sino que le importe cambiar el mundo a través de la educación. Una vez que lo encontré, empezamos a trabajar muy duro. Los primeros tres años empezamos armando robots en el sótano de mi casa, y venían a ayudarnos amigos, mis propios hijos y los hijos de mi socio.Tuvimos mucha suerte porque nosotros conseguimos una inversión inicial a través del National Science Foundation (NSF).Fue un proceso muy muy competitivo. El grant que ganamos se llama Small Business Innovation Research (SBIR) grant.Después de presentar una propuesta, y pasar la revisión técnica y comercial, nos dieron casi un millón de dólares para empezar el negocio, pero el “equity” todavía pertenece a nosotros.Ellos nos dieron la plata para llevar la investigación de la universidad a la empresa.

¿Cuál es tu rol en la compañía que creaste?

Soy co-fundadora de la empresa y soy chief scientist, la que dirige la parte científica del producto y el desarrollo de nuevas ideas.

¿Cuál es la misión de tu empresa?

Nosotros queremos que los chicos aprendan a programar y aprendan ingeniería usando las manos y distintos materiales, no sentados enfrente de la pantalla.Nuestro objetivo es crear un “playground” donde los chicos aprenden mientras están moviéndose y corriendo.Hay otras empresas y emprendimientos muy interesantes que están haciendo cosas lindas con video games, pero nosotros queremos salir de la pantalla.

¿Cuál fue el mayor “fracaso” que tuviste que enfrentar como emprendedora, y cómo lo enfrentaste?

No sé si fue un fracaso, los llamo challenges o desafíos. Las cosas difíciles surgieron cuando la empresa empezó a crecer: hubo que reacomodarse con mi socio, con el equipo, y mudarnos, pues ahora tenemos una fábrica.La empresa creció y tuvimos que acomodarnos a su nueva versión. Actualmente estamos en proceso de obtener revenues o rentabilidad, y tenemos nuevos inversores. Estamos más establecidos.

¿Qué principales aprendizajes te dejó la experiencia?

Si alguien quiere hacer algún proyecto de este estilo, tiene que realmente creer en su misión. Creer de verdad. Porque es mucho tiempo, mucha incertidumbre, mucha presión, y si uno no está muy seguro de lo que realmente quiere, no vale la pena empezar.También hay que formar un buen equipo, encontrar gente en los que puedes confiar y gente que complemente la  experiencia de uno. Si hay un buen equipo, hay una visión, hay un producto y hay un mercado, están todos los ingredientes para poder empezar.

¿Dónde está hoy tu empresa y qué proyecciones tienes para los próximos cinco años?

A futuro queremos expandir el mercado, pero para eso lo primero es buscar las inversiones.Por ejemplo, tenemos un proyecto muy grande con el gobierno de Singapur. Queremos seguir haciendo este tipo de proyectos con otros países porque nos da una escala inmensa. El proyecto de Singapur es muy interesante porque se están instalando Kibo– el producto de Kinderlabs- en todos los jardines de infantes de Singapur y el proyecto fue lanzado por el gobierno.Seguimos desarrollando nuevos productos y nuevos módulos, pero realmente lo que quisiéramos es expandir el mercado.Una vez que expandamos el mercado, la idea es producir mayor cantidad y producir en un lugar más barato como China.

¿Te interesa expandir el mercado a jóvenes mayores?

El nicho es importante: la edad es 4 a 7 años, pues esa es la edad de mi expertise.Uno de los productos nuevos que estamos desarrollando es para los chicos más grandes, de 7 años.Pero una vez que llegan a los siete, hay otros productos–como Lego en el mercado–que están muy buenos, y a nosotros no nos interesa competir con Lego.Queremos enfocarnos en esta población más pequeña donde no hay muchos recursos educativos en robótica. Pero, aunque no vamos a expandir a chicos de mayor edad, lo que sí vamos a expandir, es a los chicos con dificultades de aprendizaje y los chicos con autismo. Esos son dos proyectos que estamos contemplando.

¿Cómo describirías tu experiencia como mujer en la industria STEM?

Diría que el mayor desafío es ser mamá. Yo como mujer me defino como mamá, y como mamá me defino como mujer.Muchas de las reuniones con los inversores son a la noche, y yo como primordialmente me defino como mamá, si no cambian la hora, yo no voy.Para mi es importante cenar en casa. Creo que hay mucho por trabajar para hacer que las mujeres que quieran priorizar la vida familiar, no tengan miedo de hacerlo.

¿Qué consejos le darías a una mujer que está pensando en crear su propia compañía?

Le diría que tenga bien claro sus prioridades. Debes tener claro cuál es la visión, cuál es la meta, el objetivo, con qué cosas te quedarías contenta y con qué cosas no. Es bien claro que hay que armar buenos equipos porque sola no se puede. Debes tener bien claros tus valores personales, tomando en cuenta la familia, porque no se puede hacer todo bien y al mismo tiempo.Parece bien obvio, pero hay que priorizar e identificar cuáles son tus prioridades y no dudar en guardarse las prioridades para uno; no hay por qué dar explicaciones ni pedir permiso. ¡Tener pasión, y ya!