2016

Pisando cada vez más fuerte: Emprendedoras de alto impacto en América Latina y el Caribe

¿Estás loca? Fue la reacción que recibió Claudia Heredia cuando anunció a familiares y amigos que renunciaba a su prometedora carrera corporativa en Procter & Gamble para fundar su propia empresa. Sin dudas fue una de las decisiones más difíciles de su vida, pero las ganas de empezar algo propio, de crear empleos, y de aportar al desarrollo del comercio electrónico en su México natal, sector que en aquel entonces estaba en pañales, eran mucho más fuertes que la seguridad y proyección laboral. Cuatro años después, Kichink!, la empresa que fundó con su esposo, se convirtió en la plataforma de comercio electrónico más grande de México, con más de 45.000 tiendas registradas y un equipo de trabajo de nada menos que 100 personas. ¿Su mantra? Atreverse y no tenerle miedo al fracaso.

Por su parte, mientras cursaba su licenciatura en negocios internacionales hace sólo dos años, Liza Velarde fundó, junto a unos compañeros de las carreras de ingeniería en biotecnología, física industrial y electrónica, Semka, una startup que desarrolló un dispositivo médico capaz de monitorear de forma detallada el cáncer en las personas que lo padecen, a fin de poder aplicarles tratamientos personalizados. Por Semka, Liza fue ganadora del Pitch Competition en la tercera edición de WeXchange, además de haber sido galardonada con otros importantes reconocimientos internacionales. ¿Su meta? Revolucionar la industria del monitoreo de terapias de cáncer, y de manera más inmediata, concretar la serie de financiamiento A para acelerar el crecimiento de su empresa.

Historias de emprendedoras con empresas altamente innovadoras, como las de Claudia y Liza, están dejando de ser casos aislados en América Latina y el Caribe. El último “Informe Especial GEM sobre Emprendimiento Femenino” señala que la tasa de emprendimiento femenino incrementó un 6% en los últimos dos años a nivel global, y que hoy las emprendedoras de la mitad de las economías encuestadas representan el mismo porcentaje o incluso han superado a sus homólogos masculinos en materia de innovación. Nuestra región se va convirtiendo cada vez más en testigo de esta tendencia. ¿Qué tal?

No es ninguna novedad que los emprendimientos, sobre todo aquellos con potencial de alto crecimiento, constituyen un motor clave para la innovación, creación de empleo y la prosperidad económica de los países. Sí es relativamente reciente la salida a luz de numerosos estudios que evidencian el rol cada vez más relevante de las emprendedoras para que economías en desarrollo transiten hacia economías basadas en la innovación y el conocimiento, es decir, a aquellas en las que las nuevas ideas y tecnologías de punta se convierten en soluciones económicas y sociales, generando cambios estructurales positivos en lospaíses.

Ahora bien, ¿qué es lo que tienen de particular las mujeres que las hacen grandes emprendedoras? El estudio “Sources of Economic Hope” de Kauffman Foundation señala que las emprendedoras:

Tienen una visión más “matizada” de riesgo, tendiendo a tomar un mayor riesgo financiero que los hombres, por ejemplo, mientras que evitan tomar riesgos “imprudentes”.
Suelen ser más ambiciosas que los hombres para transformarse en emprendedoras seriales.
•En términos generales, el aumento del número de mujeres en posiciones de liderazgo tiene correlación con el aumento del retorno de los negocios.

¿Algunas evidencias iniciales que respaldan estos hallazgos?

Las mujeres son 1.17 veces más propensas que los hombres para crear empresas con fines sociales en lugar de empresas con fines puramente económicos, y 1.23 veces más propensas que los hombres para crear empresas con consideraciones medioambientales, según el reporte “Global Women’s Entrepreneurship Research: Diverse Settings, Questions and Approaches.”

Las inversiones en startups lideradas al menos por una mujer en el equipo fundador tuvieron un rendimiento 63% superior que inversiones en startups lideradas sólo por hombres, según un estudio realizado por la firma de venture capital de Silicon Valley, First Round, sobre su cartera de 300 startups en los últimos 10 años.

Siguiendo la tendencia global, nuestra región ha ido y va ganando terreno en materia de emprendimiento de la mujer, pero definitivamente aún queda un largo trayecto por recorrer. Más mujeres en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, que son carreras que más potencial tienen para aportar al despegue económico), un acceso más democrático a fuentes de financiamiento (conexiones con un espectro más amplio de inversores, y la obtención de mayores volúmenes de capital), y la expansión de la red de conexiones con mentores y “role models” (que no sólo inspiren con sus historias de éxito sino que guíen a las mujeres a navegar su carrera emprendedora), serán elementos claves para fortalecer a la nueva generación de emprendedoras que ya vienen pisando cada vez más fuerte.

Como destacan acertadamente los autores del estudio “Sources of Economic Hope”, al final, ampliar el liderazgo de mujeres en emprendimientos de alto impacto no es una cuestión “nice to have” de equidad social o de género, sino que se trata de una cuestión crucial para el crecimiento económico de nuestros países.


Susana García-Robles es Oficial Principal de Inversiones a cargo del Grupo de Financiación en Etapas Tempranas del FOMIN. Es una convencida del impacto que tienen los ecosistemas de emprendimiento e innovación y la industria de venture capital en el desarrollo, por eso desde 1999 ha trabajado en su creación en América Latina y el Caribe. Co-fundadora de WeXchange, cree firmemente en las ventajas de apoyar el emprendimiento liderado por mujeres. Tiene una Maestría en Política Económica Internacional de la Universidad de Columbia (USA) y una maestría en Filosofía y Educación de la Universidad Católica Argentina